Qué significa la política china de los tres hijos para las empresas extranjeras

Las parejas chinas podrán tener hasta tres hijos, con lo que el país se aleja de su antigua política del hijo único. La flexibilización forma parte de los esfuerzos de China por invertir el declive de la natalidad, e irá acompañada de otras medidas de apoyo.

Las respuestas al anuncio han sido un coro casi universal de "no funcionará". Según los escépticos (es decir, casi todos los que comentan la cuestión), permitir que los padres chinos tengan más hijos no hará gran mella en el descenso de la natalidad del país. Señalan los costes de criar a los hijos, tanto en dinero como en tiempo, así como el cambio de mentalidad, especialmente entre las mujeres.

Sin embargo, sabemos lo que ocurre cuando las autoridades chinas se proponen algo. No hay más que ver las medidas, a veces brutales, que tomaron los funcionarios chinos para imponer la política del hijo único. Por tanto, cabe esperar que China utilice todos los medios a su alcance (tanto la zanahoria como el palo) para lograr su objetivo de aumentar el número de nacimientos.

Un aspecto que preocupa especialmente a las empresas, sobre todo a las extranjeras, es cómo ajustará China la legislación laboral y otras leyes en apoyo de su nueva política. Las madres chinas tienen derecho a 98 días de baja por maternidad, que las leyes locales convierten en la práctica en entre 128 y 365 días. ¿Y si ese periodo de un año se convierte en la norma nacional (o la de la provincia donde opera su empresa)?

Por su parte, el permiso de paternidad se establece a nivel local, y puede ser tan breve como siete días. ¿Qué pasaría si se establecieran permisos de paternidad más largos? China también podría dificultar a las empresas el despido de trabajadoras embarazadas, y quizá extender protecciones similares a los futuros padres.

También podría exigirse a las empresas que se adapten mejor a las necesidades de los padres, por ejemplo ofreciendo horarios de trabajo más flexibles y guarderías. En el caso de las empresas que proporcionan vivienda a su personal, podría presionarse para que ofrecieran unidades familiares, en particular a los trabajadores inmigrantes que a menudo dejan a sus hijos en sus ciudades de origen, al cuidado de familiares.

Cambios como estos podrían representar un beneficio neto para la sociedad china, pero es casi seguro que tendrían repercusiones significativas en los resultados y las operaciones de las empresas que operan en China. Las empresas extranjeras, en particular, tendrán que vigilar de cerca los requisitos, ya que pueden esperar una supervisión más estricta por parte de las autoridades.

Al mismo tiempo, también merece la pena considerar qué ocurre si las medidas finalmente no consiguen aumentar la natalidad en China. ¿Cómo afectará eso a su empresa? Un resultado probable es un aumento de los salarios, ya en alza, y de las prestaciones de jubilación exigidas por los empleadores. La fabricación subcontratada podría verse sometida a mayores presiones para trasladarse a países más jóvenes y en crecimiento demográfico, como Vietnam, Filipinas o México. Además, a medida que la población china disminuya y su economía se estanque en consecuencia, cabe esperar que el consumo disminuya o se estanque también, haciendo de China un mercado menos atractivo para algunas empresas. Por supuesto, todo esto es relativo: Aunque la población china esté a punto de alcanzar su máximo, se espera que en 2100 duplique a la estadounidense.

¿Qué más cree que podría hacer China para convertirse en un lugar más favorable a los bebés? ¿Cómo ve el futuro demográfico de China y su impacto en las empresas?

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