Se van a suprimir los requisitos de cuarentena para los viajeros que lleguen a China. Según informes de prensa, a partir del 8 de enero no habrá requisitos de cuarentena para quienes lleguen al país, y el único requisito será un resultado negativo de la prueba COVID emitido en las 48 horas anteriores. Se trata de un acontecimiento crítico para todos los que hacen negocios en China o con China.
Además de la eliminación de los requisitos de cuarentena, los ciudadanos chinos podrán volver a solicitar pasaportes. La expedición de documentos de viaje para desplazamientos no esenciales se había suspendido durante la pandemia.
Como hemos comentado, las restricciones de viaje han impuesto grandes dificultades tanto a las empresas chinas como a las internacionales que hacen negocios en el país o con él. Por un lado, las restricciones han complicado los esfuerzos de las empresas chinas por mantener relaciones con sus clientes, como hemos podido comprobar de primera mano. Al mismo tiempo, la dificultad (cuando no la imposibilidad) de viajar a China ha perturbado de múltiples maneras las actividades de las empresas internacionales.
La eliminación de los requisitos de cuarentena y la mayor apertura de las fronteras supondrán una gran diferencia para las empresas, tanto chinas como extranjeras. Sin embargo, al entrar en esta nueva fase, las empresas deben ser conscientes de los posibles contratiempos.
En primer lugar, las empresas no deben perder de vista el hecho de que las políticas COVID podrían volver a cambiar en el futuro, posiblemente en una dirección restrictiva. Este riesgo sería especialmente grave si la naturaleza de la amenaza COVID evolucionara debido, por ejemplo, a la aparición de nuevas variantes. Las empresas que deseen trasladar personal a China deben proceder con cautela. Por el momento, los viajes regulares podrían ser una alternativa más prudente que la reubicación. En cualquier caso, los viajeros extranjeros deben estar preparados para la posibilidad de que se impongan requisitos de cuarentena y otras restricciones de viaje con poca antelación.
En segundo lugar, como ha ocurrido a lo largo de la pandemia, las respuestas pueden variar mucho según la localidad. No se puede descartar la posibilidad de restricciones muy estrictas en determinadas ciudades o provincias. Es posible que no se exijan cuarentenas a escala nacional, pero sí en lugares concretos. Las empresas deben informarse sobre las condiciones específicas de los lugares que planean visitar.
En tercer lugar, es posible que el verdadero alcance de los problemas relacionados con la pandemia sólo se haga patente para algunas empresas cuando China vuelva a abrir sus puertas y puedan hacer balance de las condiciones sobre el terreno, que quizá no hayan evaluado adecuadamente desde el inicio de la pandemia. Por ejemplo, los esfuerzos de las marcas por vigilar las falsificaciones y los excesos de productos no autorizados requieren acceso a los mercados y a las fábricas de los proveedores, así como condiciones favorables para realizar investigaciones encubiertas. Las cuarentenas y otras restricciones dificultaron, si no imposibilitaron, la supervisión por parte de personal y terceros establecidos fuera de China. A medida que las cosas vuelven a una especie de normalidad, algunas empresas pueden descubrir que han ocurrido cosas desagradables mientras estaban fuera.
Por último, independientemente de lo que ocurra a nivel político, el hecho es que China sigue enfrentándose a una situación crítica en materia de salud pública. Esto tiene numerosas implicaciones para los viajeros de negocios. Por ejemplo, un alto nivel de infecciones en la fábrica con la que trabaja podría significar que no puede visitarla como estaba previsto, por no mencionar el riesgo de infección al que se enfrenta. Tiendas, restaurantes e incluso hoteles podrían verse afectados de forma similar.
Por otra parte, es posible que al personal destinado en otros países no le apetezca tanto viajar a China. Mientras tanto, Estados Unidos y algunos otros países exigen ahora pruebas COVID a los pasajeros procedentes de China. Dependiendo de cómo evolucione la situación, no puede descartarse la posibilidad de que se exijan cuarentenas.
En definitiva, el levantamiento de los requisitos de cuarentena y la relajación general de los controles relacionados con el COVID deberían ser noticias bienvenidas para las empresas para cuando el COVID en China vuelva a estar bajo control. Dicho esto, las empresas deben proceder con cautela y estar preparadas para afrontar cambios de política con poca antelación. Y asegúrese de traer de casa los cargadores y mascarillas adecuados, ¡no sea que ir de compras no sea una opción a su llegada!
