Grupos de Fansub chinos e infracción de derechos de autor

Antes del Año Nuevo Lunar, la policía de Shanghai tomó medidas enérgicas contra uno de los mayores grupos de subtitulación de China, Renren Yingshi (YYeTs.com). La policía detuvo a 14 personas (no a los traductores propiamente dichos, sino a quienes dirigen el negocio). Según las autoridades, Renren Yingshi es sospechoso de piratear más de 20.000 programas de televisión y películas y de obtener más de 16 millones de yuanes (2,47 millones de dólares) de ingresos ilícitos. Los medios de comunicación estatales se jactan de que este tipo de medidas represivas son un intento de China de reforzar la protección de los derechos de propiedad intelectual.

Los grupos de fansub son un fenómeno importante en China desde hace años. Son grupos de personas que producen y distribuyen subtítulos de programas de televisión y películas en idiomas extranjeros. Los espectadores chinos suelen apreciar el trabajo de los grupos fansub, ya que proporcionan subtítulos en chino de contenidos extranjeros de forma rápida y, a menudo, gratuita. Algunos grupos más grandes ganan dinero insertando anuncios en los contenidos subtitulados, pero los espectadores no suelen tener que pagar por verlos. Y los traductores trabajan a menudo con poca o ninguna remuneración.

El trabajo de los grupos de fansub permite al público chino ver programas que de otro modo estarían sujetos a cuotas de importación, permisos y censura, o que nunca se importarían oficialmente. Algunos incluso establecen un paralelismo entre los grupos chinos de fansub y Prometeo, que desafía a los dioses robando el fuego y dándoselo a la humanidad. En cualquier caso, mucha gente también sabe que los grupos de fansub violan las leyes de derechos de autor. En 2014, la MPAA señaló a los YYeT como una de las principales fuentes de piratería en Internet.

Dejando a un lado las redadas gubernamentales, ¿podrían los titulares de derechos de autor extranjeros recuperar alguna indemnización por la infracción?

Al menos en teoría, la respuesta es sí. La legislación china sobre derechos de autor protege los derechos de autor de cualquier obra de un extranjero que reúna los requisitos para disfrutar de derechos de autor en virtud de un acuerdo entre el país al que pertenece o en el que reside el extranjero y China, o en virtud de un tratado internacional del que ambos países sean parte. China, al igual que Estados Unidos, Canadá y muchos otros países, es parte del Convenio de Berna. En 1996, los estudios cinematográficos estadounidenses, entre ellos 20th Century (entonces 20th Century-Fox), demandaron a los contrabandistas chinos y ganaron (a pesar de que posiblemente fuera una lección objetiva unos años después de que China se adhiriera al Convenio de Berna y antes de ingresar en la OMC).

La nueva Ley de Propiedad Intelectual de China

La recién modificada Ley de Propiedad Intelectual de China (en vigor desde junio de 2021) también puede parecer prometedora. Entre otros cambios notables, la enmienda permite indemnizaciones punitivas. En caso de infracción deliberada y grave de los derechos de autor, el tribunal puede conceder hasta cinco veces el importe de los daños reales del titular de los derechos, las ganancias ilícitas del infractor o los derechos de licencia comparables. La enmienda también elevó el límite máximo de los daños legales de 500.000 RMB a 5 millones de RMB.

Además, la enmienda permite desplazar la carga de la prueba del propietario de los derechos de autor al infractor a la hora de calcular los daños por infracción de los derechos de autor. Cuando el titular de los derechos de autor haya cumplido con su carga de la prueba, y las pruebas necesarias para calcular los daños y perjuicios (por ejemplo, registros contables) estén en poder del infractor, los tribunales chinos podrán ordenar al infractor que facilite dichas pruebas. Si el infractor se niega a hacerlo cuando se le ordena, el tribunal está facultado para decidir la cuantía de la indemnización basándose en las alegaciones y pruebas del titular de los derechos de autor.

Dicho lo anterior, la realidad es siempre más compleja y requiere una evaluación cuidadosa. A diferencia de los primeros tiempos, los infractores distribuyen sus copias por Internet en lugar de vender DVD piratas en una tienda. ¿Dificultará esto su localización? ¿Son también responsables de la infracción los sitios web que permiten a los grupos de fansub (o a cualquier otra persona) subir vídeos pirateados? Además, ¿tendrá sentido económico que una empresa extranjera interponga una demanda en China por infracción de los derechos de autor?

Por último, las redadas gubernamentales y los litigios privados (si tienen éxito) pueden disuadir hasta cierto punto la piratería. Pero si la oferta de nuevos títulos audiovisuales no satisface la demanda de los consumidores chinos, es probable que el problema siga existiendo. Sea cual sea la solución, espero que no limite aún más el acceso existente.