El miércoles se dio a conocer un proyecto de ley para poner fin a la prohibición federal del cannabis en Estados Unidos y eliminar el término "marihuana" de la Ley de Sustancias Controladas. El proyecto de ley, patrocinado por el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer (demócrata de Nueva York), el senador Ron Wyden (demócrata de Oregón) y el senador Cory Booker (demócrata de Nueva Jersey), se titula Ley de Administración y Oportunidad del Cannabis y se presentó como un borrador de discusión destinado a fomentar el debate entre los miembros del Congreso. El propósito oficial del proyecto de ley es "despenalizar y desclasificar el cannabis, prever la reinversión en determinadas personas perjudicadas por la Guerra contra las Drogas, prever la expurgación de determinados delitos relacionados con el cannabis y otros fines".
El proyecto de ley especifica que los estados podrán seguir elaborando sus propias leyes sobre la marihuana, al igual que ocurre con el alcohol. El proyecto de ley también permitiría a las empresas de cannabis de Estados Unidos solicitar préstamos y cotizar en bolsa.
A finales de este año se redactará una versión definitiva del proyecto de ley. Si se aprueba en una forma parecida a la actual, la marihuana se gravaría y regularía como el tabaco y el alcohol. Según el borrador, los impuestos federales sobre el consumo de productos derivados de la marihuana comenzarían en un 10% (el doble de lo que proponía la Ley MORE ), y aumentarían hasta un abultado 25% en un plazo de cinco años a partir de la aprobación del proyecto de ley. La Oficina de Impuestos y Comercio del Alcohol y el Tabaco recaudaría y aplicaría los impuestos sobre los productos del cannabis, mientras que la Administración de Alimentos y Medicamentos sería la agencia reguladora encargada de regular el etiquetado, la comercialización y la fabricación de los productos del cannabis.
El proyecto de ley también incluye disposiciones para determinadas medidas de justicia social. El proyecto de ley pide la cancelación de las condenas federales no violentas por cannabis, y quienes ya estén cumpliendo condena por delitos federales no violentos relacionados con el cannabis podrán solicitar una nueva sentencia. Además, el proyecto de ley estipula que el Director de la Oficina de Justicia del Cannabis (un cargo y una oficina que se crearían si el proyecto de ley se convierte en ley) llevaría a cabo un programa de subvenciones, conocido como Programa de Subvenciones para la Reinversión Comunitaria, que administraría servicios en comunidades que se han visto perjudicadas por la Guerra contra las Drogas. Estos programas incluyen programas de alfabetización, asistencia jurídica para casos civiles y penales, programas de tutoría para jóvenes y programas de educación sanitaria.
Conseguir el apoyo suficiente para la aprobación del proyecto de ley será todo un reto. El proyecto necesitaría al menos 60 votos para poner fin al obstruccionismo y ser aprobado por el Senado. Eso significa que el proyecto de ley necesitaría el apoyo de al menos diez republicanos, lo que podría ser difícil teniendo en cuenta que ni siquiera todos los demócratas están de acuerdo con poner fin a la prohibición federal de la marihuana. Además, y en consonancia con su decepcionante perspectiva sobre el cannabis, el presidente Biden ha reiterado que no apoya la legalización del consumo recreativo de cannabis.
Este proyecto de ley es un gran paso adelante y, en última instancia, sienta las bases para el uso recreativo federal del cannabis. El gobierno federal ha ido muy por detrás de los estados individuales en lo que respecta a la legalización del cannabis, y este proyecto de ley es el primer esfuerzo sustancial para cambiar las políticas federales sobre la marihuana. Seguiremos muy de cerca la evolución del proyecto de ley y el debate correspondiente en el futuro.
