La legalización del cannabis en México se pospone (y no pasa nada)

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Como informé recientemente en este blog, el pasado mes de noviembre el Senado mexicano aprobó un proyecto de Ley de Cannabis modificado. Dicho proyecto fue enviado a la Cámara Baja para su discusión y aprobación. La Cámara Baja recibió debidamente el proyecto de ley el 24 de noviembre y ya ha celebrado audiencias públicas con diversas partes interesadas en el país, que hemos estado siguiendo de cerca. Realmente parecía que el Congreso iba a poner de su parte en la legalización del cannabis.

Nos sentimos bastante decepcionados cuando nos enteramos de la reciente decisión de la Cámara Baja de aplazar la discusión de la Ley de Cannabis hasta el próximo año y solicitar oficialmente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación una prórroga de la fecha límite anterior del 15 de diciembre para implementar la legalización. Nos decepcionó aún más cuando el 10 de diciembre nos enteramos de que la Suprema Corte había concedido la prórroga hasta abril de 2021 (el final de la Sesión de Debate de Primavera del Congreso), citando al COVID y "dando al Congreso el debido tiempo para ejercer sus facultades".

La implicación de estos retrasos es que la discusión estará muy cerca de las elecciones parlamentarias de 2021, lo que podría significar -como se señaló correctamente en Marijuana Business Daily- que"eso no sólo podría distraer a los legisladores de la cámara baja, sino que también significa que algunos diputados querrán evitar el riesgo de apoyar temas controvertidos". No olvidemos que, como atestigua cualquier vistazo rápido a los medios de comunicación mexicanos, tras décadas de prohibición, una gran mayoría de la población media mexicana no es muy partidaria de la legalización.

Dejando a un lado las razones oficiales del aplazamiento (que para nosotros no son plausibles, de todos modos), los plazos y las proyecciones de mercado se han movido, por no hablar de la imagen de incertidumbre que México proyecta sobre los agentes económicos y los mercados por igual. Sin embargo, en Harris Sliwoski pensamos que esta situación puede ser una bendición disfrazada. A continuación, cinco razones que lo explican.

En primer lugar, no prevemos cambios sustanciales a lo enviado por el Senado, mientras que el debate en la Cámara Baja todavía promete girar en torno a enmiendas y nuevas propuestas a incluir en el proyecto de ley. Aunque no podemos pasar por alto propuestas que podrían resultar preocupantes (por ejemplo, la creación de un órgano del Gobierno que no sólo desarrollaría políticas y redactaría normas, sino que también actuaría como comprador único de suministros y productos acabados de cannabis), no podemos estar seguros de lo que ocurrirá hasta que se produzca el debate real en la Cámara Baja.

Además, una vez que la Cámara Baja discuta y apruebe el proyecto, regresará al Senado, que debatirá y reajustará dichas modificaciones para su aprobación, por lo que algo como la propuesta del "pagador único" aún podría ser tumbado. La versión aprobada será enviada al Poder Ejecutivo, que podrá vetarla u ordenar su publicación en el Diario Oficial de la Federación para su entrada en vigor. No esperamos que se ejerza ese poder de veto.

En segundo lugar, la propia Ley del Cannabis se debatirá en la Cámara Baja. Hemos mencionado antes que esta ley regulará los usos del cáñamo para adultos e industrial, así como la investigación asociada. El uso médico se contemplará en el Reglamento Médico. Se espera que estos reglamentos salgan al mismo tiempo que la Ley del Cannabis, pero no se trata de una cuestión de aprobación en el Congreso y, desde luego, no han suscitado el mismo nivel de controversia que el correspondiente estatuto de uso para adultos. De hecho, nos consta que hay un borrador listo desde hace meses (de hecho, debería estar publicado desde septiembre pasado, por otro mandato del Supremo); y, en cualquier caso, el uso médico es legal desde las modificaciones de 2017 de la ley general de sanidad.

En tercer lugar, y relacionado con el punto inmediatamente anterior, cuanto más tarde el Congreso en legalizar el cannabis, más tiempo permanecerá sin regular y, por tanto, más tiempo tendrán las empresas para solicitar licencias. Como ya comentamos aquí, es de esperar que la Ley del Cannabis establezca que cualquier recurso administrativo o judicial interpuesto antes de su entrada en vigor se tramitará y resolverá conforme a la ley aplicable en el momento de su interposición. El mismo criterio se aplica para el uso medicinal, y de hecho se pueden solicitar licencias mientras escribimos esto. Recordemos que el uso médico ya es legal (aunque no regulado), lo que no ocurre con el uso adulto, salvo para autocultivo/autoconsumo. La ventaja real para cualquier empresa que lo solicite antes es que podría obtener una licencia menos restrictiva que le permitiera hacer más, mientras que la solicitud implicaría menos requisitos que los que esperamos ver una vez que entre en vigor el Reglamento Médico.

En cuarto lugar, dado que la discusión sobre la Ley de Cannabis se pospondrá, es posible que el gobierno mexicano decida publicar las regulaciones médicas antes y por separado. Pero independientemente de cuándo se publique, los negocios que giran en torno al uso medicinal estarán en condiciones de entrar y establecerse mucho antes que sus contrapartes de uso adulto. Al contrario de lo que informamos que ocurriría con la Ley del Cannabis, y con la excepción de los relacionados con el cultivo, las licencias/permisos para uso médico estarán abiertos para su solicitud al día siguiente de la entrada en vigor del Reglamento Médico. En México ya existe demanda de productos médicos, tanto que una de las razones de la legalización es garantizar a los pacientes el acceso a los medicamentos y tratamientos a base de cannabis que necesitan.

En quinto lugar, como señaló la Comisión Federal de Mejora Regulatoria en sus recomendaciones al proyecto de Reglamento Médico, México tiene ventajas competitivas sobre otras economías más desarrolladas en lo que se refiere al desarrollo y fabricación de productos farmacéuticos. Esto se debe tanto al exceso de regulación en esas economías como a una mano de obra local más barata. Tampoco se puede subestimar la proximidad a los dos mayores mercados de cannabis del mundo (Estados Unidos y Canadá). Esta realidad debería impulsar a las empresas extranjeras a buscar alianzas con posibles empresas e inversores mexicanos en el proceso de obtención de licencias de cannabis, adquisición de tierras y adopción de medidas conexas que les permitan asegurar su lugar en los eslabones de la cadena de valor que necesitan. Esta dinámica también allana el camino para una transferencia mutuamente beneficiosa de tecnología y conocimientos técnicos.

Conclusión: el aplazamiento de la legalización no es necesariamente un contratiempo. Solicítalo AHORA y, si está en línea con tus planes de negocio, céntrate en el cáñamo y el uso medicinal. Eso definitivamente te dará una ventaja en el mercado mexicano del cannabis. ¡Contáctanos para adelantarte a la multitud!

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