La Asociación de Industrias del Cáñamo insta a regular, no a prohibir, el THC Delta-8

Durante el último año, mis colegas y yo hemos escrito extensamente sobre la turbia legalidad del Delta-8 tetrahidrocannabinol (THC). Hemos cubierto todos los aspectos, desde la postura de la Administración para el Control de Drogas (DEA) sobre el "THC derivado sintéticamente" hasta el creciente número de prohibiciones estatales. Puede leer más sobre estos temas aquí:

Hoy nos ocupamos del reciente anuncio público de la Asociación de Industrias del Cáñamo ( HIA), en el que la organización sin ánimo de lucro expresaba su apoyo al controvertido cannabinoide.

La declaración de la HIA es significativa porque se aleja de la postura de muchas otras organizaciones del cáñamo sobre el THC Delta-8. Hasta la fecha, la mayoría de los grupos de defensa del cáñamo que se han pronunciado al respecto, incluida la Mesa Redonda del Cáñamo de EE.UU., se han distanciado del THC Delta-8, que se produce mediante isomerización, una reacción química que combina el CBD derivado del cáñamo con un disolvente, ácido y calor. Este segmento de las partes interesadas en el cáñamo teme que la sustancia producida químicamente pueda destruir años de esfuerzos para convencer a los legisladores de que el cáñamo es un producto seguro, no tóxico y versátil que ofrece una amplia gama de oportunidades comerciales para agricultores, fabricantes, distribuidores y minoristas.

Es cierto que la mayor parte del THC Delta-8 que se vende en EE.UU. carece en gran medida de regulación, es de fácil acceso para los menores y muy codiciado por sus efectos psicoactivos. Por estas razones, es fácil ver cómo el controvertido cannabinoide podría estigmatizar y hundir aún más a toda la industria antes de que tenga la oportunidad de mostrar todo el potencial de la planta.

Aunque la posición de la HIA difiere de la de otros grupos del cáñamo, no es sorprendente dado el historial de la organización en la defensa de los intereses de la industria del cáñamo. Desde 1994, HIA ha iniciado cuatro demandas, incluidas dos presentadas en otoño de 2020, en las que HIA desafía la legalidad de la controvertida Regla Final Interina de la DEA, que, en parte, amenaza a la floreciente industria del THC Delta-8 al afirmar ampliamente que "[t]odos los tetrahidrocannabidioles derivados sintéticamente siguen siendo sustancias controladas de la lista I". Este lenguaje es la raíz de la inseguridad jurídica que rodea al THC Delta-8, y la DEA todavía tiene que aclarar si realmente adopta la posición de que la conversión de CBD derivado del cáñamo en THC Delta-8 convierte a la sustancia en un THC "derivado sintéticamente".

La postura de la HIA sobre la legalidad del THC Delta-8 consta de un documento de 11 páginas redactado por los abogados de la organización, Rod Kight y Philip Snow, y de un comunicado de prensa, que se resumen brevemente a continuación:

  1. El THC Delta-8 derivado del cáñamo es legal a nivel federal.
    1. La Ley Agrícola de 2018 define ampliamente el "cáñamo" para incluir la planta entera, así como sus cannabinoides y derivados, que no contengan más de un 0,3% de THC total. Además, la ley federal elimina expresamente el "cáñamo" de la definición de marihuana según la Ley Federal de Sustancias Controladas (la CSA). Así pues, aunque la mayor parte del THC Delta-8 que se encuentra en el mercado estadounidense procede de la isomerización del CBD derivado del cáñamo, la sustancia es "cáñamo" porque es un derivado de un derivado del cáñamo.
    2. Aunque el THC Delta-8 tiene efectos psicoactivos y sigue habiendo dudas sobre si es "sintético", el THC Delta-8 no debe tratarse como sustancia controlada porque no es sustancialmente similar al THC Delta-9 en su estructura y sus efectos psicoactivos.
    3. Incluso si el THC Delta-8 califica como un "THC derivado sintéticamente", la sustancia no es una sustancia controlada porque la Ley Agrícola de 2018 define "cáñamo" para incluir sus "derivados", que por definición son "sintéticos"."
    4. De acuerdo con la teoría jurídica de la "lex specialis", el THC Delta-8 no es una sustancia controlada porque la Farm Bill de 2018 es más específica que la CSA en el sentido de que elimina expresamente el "cáñamo" de la CSA en comparación con la CSA, que se refiere genéricamente al "THC". Como tal, la Ley Agrícola de 2018 anula las disposiciones generales contrarias de la CSA.
      Nota al margen: Aunque aparentemente sólidos, los argumentos legales presentados por la HIA son puramente teóricos, ya que aún no han sido probados en un tribunal de justicia.
  2. Un marco reglamentario es vital para garantizar la seguridad pública de los consumidores.
    1. Aunque se necesitan más estudios científicos, la historia ha demostrado que el consumo natural de cannabinoides ha sido seguro durante miles de años.
    2. La HIA aboga por la regulación de la producción de estos productos haciendo hincapié en la seguridad del consumidor basada en la ciencia.
    3. La HIA invita a los líderes del sector a adoptar normas de calidad y ensayo rigurosas y a comercializar estos productos mediante un etiquetado transparente y preciso para generar confianza entre los consumidores y ampliar el mercado.
  3. La prohibición agrava aún más la amenaza a la seguridad de los consumidores creada por los mercados no regulados. La HIA hace un llamamiento a los legisladores estatales para que eviten las prohibiciones ineficaces y favorezcan en su lugar la asociación con expertos de la industria del cáñamo para desarrollar políticas de cáñamo que abran mercados de forma segura, fomenten la innovación, estimulen las inversiones y creen puestos de trabajo.

Así pues, aunque a primera vista la postura de la HIA difiere de la de otras destacadas organizaciones del sector, en esencia aboga por lo mismo: productos seguros y regulados que brinden a la industria del cáñamo enormes oportunidades financieras.