Sudáfrica es una de las pocas jurisdicciones fuera de Norteamérica que ha legalizado el cannabis recreativo, aunque en circunstancias muy limitadas. Apropiadamente para un país perteneciente a la tradición del common law, la legalización no fue el resultado de una promulgación legislativa, sino de una decisión de 2018 del Tribunal Constitucional ("ConCourt") de Sudáfrica, que confirmó parcialmente una sentencia de un tribunal inferior del Cabo Occidental.
En su decisión, el ConCourt declaró inconstitucionales las disposiciones legales que penalizaban el consumo y la posesión de cannabis en privado, así como el cultivo en un lugar privado para consumo personal. Esta declaración de inconstitucionalidad se basó en el artículo 14 de la Constitución sudafricana, que consagra el derecho a la intimidad, que incluye el derecho de las personas a que no se registren sus personas, hogares o propiedades, ni se confisquen sus posesiones. Sin embargo, el ConCourt no amplió el razonamiento para incluir la compra de cannabis, como había hecho el tribunal inferior.
La decisión del ConCourt instó al Parlamento sudafricano a derogar las leyes en cuestión en un plazo de dos años. El 1 de septiembre de 2020, se presentó el Proyecto de Ley de Cannabis para Fines Privados. Este proyecto de ley codificaría el marco legal ordenado por la decisión del Tribunal. En consonancia con esa decisión, la venta de cannabis seguiría siendo un delito penal, salvo algunas excepciones limitadas.
En cuanto al uso médico, en general tanto los productos de CBD como los de THC requieren receta médica. En el caso del THC, se ha hecho una excepción para adaptarse a la decisión del Tribunal. Los productos de cannabis procesados que contengan un 0,001% de THC o menos también están exentos, para permitir la venta sin restricciones de determinados productos de CBD. La fibra de cáñamo procesada y sus productos también están exentos, siempre que no contengan más de un 0,1% de THC.
En 2020, la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios de Sudáfrica (SAHPRA) eximió a algunos medicamentos con CBD de este requisito. Según un aviso de la SAHPRA de 2020, no se requiere receta médica para los productos de CBD que:
medicamentos complementarios que no contengan más de 600 mg de cannabidiol por envase de venta, que proporcionen una dosis diaria máxima de 20 mg de cannabidiol y que hagan una declaración de propiedades de mejora general de la salud, mantenimiento de la salud o alivio de síntomas leves (bajo riesgo) o
productos procesados a partir de material vegetal bruto de cannabis destinados a la ingestión que contengan un 0,0075 por ciento o menos de cannabidiol, cuando el producto sólo contenga la cantidad natural de cannabinoides que se encuentra en el material de origen.
Las exenciones del CBD no se extienden a los productos alimenticios. Según la SAHPRA, "el CBD como aditivo o ingrediente no está permitido en los productos alimenticios", y sólo se consideran aceptables las trazas presentes de forma natural. Las directrices de la SAHPRA también sugieren que los cosméticos están sujetos a la misma restricción, lo que concuerda con los informes de incautaciones de productos importados.
En conclusión, hay que reconocer el mérito de las autoridades sudafricanas por ir más allá de las generalizaciones en lo que respecta al CBD, un enfoque de sentido común que sería bienvenido en otros lugares. En cuanto al cannabis recreativo, la decisión del Tribunal Supremo es un comienzo prometedor, pero también deberían existir vías legales para aquellos que no tienen un pulgar verde o no pueden cultivar en casa. Estaremos atentos a la evolución de la situación y veremos si la Nación del Arco Iris sigue siendo la pionera del cannabis en África.
