Quebraderos de cabeza por la aprobación de contratos de cannabis

Las empresas del sector del cannabis se mueven a mil por hora. Muchas empresas de cannabis no dedican el tiempo suficiente a centrarse en los "aspectos básicos", como el gobierno corporativo y la formalización de las cosas por escrito (para más información sobre por qué los acuerdos por apretón de manos son malos, consulta los artículos enlazados al final de este artículo). Otra área en la que muchas empresas de cannabis necesitan mejorar es en la gestión de la aprobación de contratos.

Las aprobaciones contractuales son exactamente lo que parecen: una de las partes de un contrato no puede hacer algo sin el consentimiento de la otra parte (normalmente una aprobación previa y por escrito). Me gusta pensar que las aprobaciones de contratos de cannabis se dividen en dos categorías: aprobaciones de contratos relacionadas con un contrato y aprobaciones de contratos no relacionadas o relacionadas de algún modo con un contrato.

Con respecto al primer cubo, este tipo de cosas suelen ser bastante obvias. Un contrato suele exigir a una de las partes que actúe de una determinada manera, y la otra parte tendrá que dar su consentimiento para desviarse de estas acciones. Una aprobación bastante común es la del arrendador de una propiedad a una cesión o subarriendo. Como ya he dicho antes, esto puede ser un quebradero de cabeza para los compradores en operaciones de fusión y adquisición. La conclusión es que cada vez que una empresa de cannabis quiere tomar cualquier tipo de acción que se relaciona de alguna manera con un contrato escrito, primero tiene que revisar el contrato.

El segundo grupo de aprobaciones de contratos de cannabis puede ser un poco más difícil. Se trata de acciones que pueden no estar relacionadas con un contrato o estarlo sólo en cierta medida. Por ejemplo, un prestamista puede exigir que un prestatario no obtenga financiación de terceros, ni siquiera en asuntos no relacionados con el préstamo del prestamista, sin la aprobación previa por escrito de éste.

Este segundo cubo es donde las cosas a menudo se ponen peliagudas. Muchas empresas de cannabis piensan muy poco en las obligaciones existentes no relacionadas, pero deberían hacerlo, y un buen abogado especializado en cannabis puede ser de gran ayuda. Dependiendo del tipo de acuerdo, el abogado pedirá a su cliente que revise los documentos pertinentes para determinar si es necesaria alguna aprobación contractual para cerrar el trato.

Si una empresa de cannabis no tiene representación legal y no es muy diligente, es muy probable que haga cosas sin asegurarse las aprobaciones contractuales necesarias. A veces, esto puede dar lugar a reclamaciones inmediatas y directas por daños y perjuicios por la otra parte de un contrato. Por ejemplo, subarrendar una propiedad sin el consentimiento previo por escrito del arrendador suele dar lugar a una reclamación por incumplimiento y, posiblemente, incluso a la rescisión del contrato.

Incluso cuando una acción no aprobada no da lugar a daños y perjuicios ni a un pleito, da a la otra parte de un contrato la posibilidad de alegar incumplimiento e iniciar un proceso que suele ser un gran quebradero de cabeza. También es una buena forma de enfadar a alguien y de perder prestigio y confianza en el futuro. A menudo, estos problemas pueden resolverse simplemente leyendo un contrato de cannabis y repasando los trámites antes de emprender una acción.

Aquí están los posts que mencioné sobre por qué los contratos de apretón de manos son una mala idea:

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